Corea del Sur
Wednesday, 13 de March de 2013 » corea del sur viajes
En un giro de los acontecimientos, fui a Corea del Sur a finales de Febrero. Esos diez días fuera de casa dan para varios posts — así que empecemos.
El vuelo con British Airways vía Londres-Heathrow costó 550€, ida y vuelta. Era una oferta, además, solo presente unos días de la semana, pero con la huelga de Iberia tuvimos que cambiar ligeramente las fechas —aunque diría que hasta a mejor—.
Llegamos a Incheon, un aeropuerto enorme, después de doce horas de vuelo —y yo sin dormir— y habiendo tenido el primer vuelo a Heathrow a las 06h45.
Usamos el AREX para llegar hasta Seúl. No el Express, si no la versión "lenta" con paradas por el camino. Es muy asequible y tarda aproximadamente una hora. Se puede comprar un billete sencillo en unas máquinas, que con algo de manoseo puede llegar a hablar en inglés. El tren llega a Seoul Station, que es la estación central de Seúl donde también salen los trenes de alta velocidad, bajo la denominación comercial de KTX y operados por Korail.
Para usar el transporte allí, existe la tarjeta T-money: son tarjetas monedero que sirven a lo largo de Corea del Sur. Para pagar en taxis, algunas tiendas o pasar los tornos del metro o autobús. Especialmente útil para nosotros dado que funciona también fuera de Seúl. Estas tarjetas se venden en las convenience store, "tiendas 24h", y se pueden usar y recargar también en estas tiendas. En total no llegamos a usar más de 26 000 Won (menos de 20€) en metro y autobús durante los siete días que la usamos (entre Seúl y Busan).
Además de Seúl, también pasamos un día Busan. Es una ciudad al sur de Corea del Sur, muy cerca de Fukuoka por mar, y a unos 350 km de Seúl. En KTX, el viaje tarda algo menos de 3 horas, y merece mucho la pena. De volver, pasaría al menos una noche allí.
Para el KTX, usamos el KR PASS —únicamente disponible para extranjeros—, que se debe comprar online y pagar con tarjeta. Es necesario disponer del pasaporte y del número de reserva que da la web de Korail (ojo, no manda correo electrónico de confirmación).
El precio del KR PASS para un solo día fue de 47 700 Won (unos 35€). Es muy asequible, y tiene viajes ilimitados en un día. Interesante, también, por si llegásemos a perder cualquier tren: se puede usar el pase para reservar otro después.
En cuanto a dinero, utilicé una MasterCard de débito de EVO y retiré dinero una vez llegamos a Incheon. Para el viaje abrí una cuenta en este banco —tertulia económica a parte— y utilicé únicamente esa tarjeta para retirar dinero de cajeros y hacer pagos tal como el KR PASS, y así llevar mejor contabilidad de los gastos.
La tarjeta es muy interesante puesto que permite hasta cuatro retiradas al mes sin comisiones astronómicas por ser en el extranjero, y en el resto de casos, las comisiones son muy razonables. Únicamente hay una pequeña comisión (menos de 1%) en la tasa de cambio de MasterCard. No como en mi otro banco…
De todos modos, en Incheon, el cambio de ventanilla en efectivo era muy favorable y bastante cercano al del mercado (¿habremos tenido mucha suerte?). La diferencia entre la tarjeta y llevar efectivo era muy pequeña. Nada que ver con el cambio absurdo que nos ofrecían en Heathrow (casi 80€ de comisión en Londres vs. menos de 8€ en ventanilla ya en Corea — comparando con la tasa de mercado del momento).
Al llegar saqué 500 000 KRW (unos 352€ al cambio cuando los saqué) para los ocho días, a los que se suman los menos de 65 000 KRW (al cambio, 46€) en gastos eventuales en los que no usé la tarjeta (compras en aeropuertos, KR PASS). De ese medio millón de wones, aún sobró algo de dinero en efectivo —unos 30€ al cambio del aeropuerto— después de gastar una parte importante los últimos días en souvenirs y distintos regalos con un interesante sobreprecio, por nuestra condición de turistas.
En general, los gastos allí fueron muy bajos. Se puede comer por un precio entre 5000 KRW y 9000 KRW, y aún menos si sabes defenderte en Coreano… o si te acompaña alguien que sepa. Hay lugares en los mercados o pequeños locales donde algunos platos de comida coreana como el Gimbap pueden costar 2000 KRW.
Y si no, siempre quedará McDonalds o LOTTERIA… Pero francamente: no merecen la pena. Bueno, sí que puede ser interesante probar la hamburguesa de bulgogi del McDonalds y echarle un vistazo al menú de su equivalente asiático, LOTTERIA, una rama más del gigante LOTTE. Pero la gastronomía coreana es exótica a la vez que interesante y saludable, y para tan pocos días allí no hay nada mejor que aprovecharlos y probar lo tradicionalmente coreano. ¡Y además es barato!
Lo mejor para moverse en Corea es el transporte público. Después del "shock" inicial al ver el mapa de la red de metro de Seúl, se hace muy fácil de usar. Las salidas están escrupulosamente numeradas y la señalización en los trenes y en la red es muy buena, con algunas señales en Inglés. Por suerte para los occidentales perdidos como nosotros…
También hay que tener en cuenta el taxi. Creo que la carrera más cara que llegamos a pagar no llegó a 7 000 KRW (¡menos de 5€!). Los taxistas apenas entienden inglés pero tienen coches bastante modernos y con unos GPS que dan envidia. No tanta envidia da la forma que tienen de conducir en ese país. Dan ganas de besar el suelo cuando uno baja del taxi o autobús. Pero sin duda echaré de menos poder coger un taxi sin tener que pensar antes en qué órgano puedo prescindir.
Una cosa a tener en cuenta es el tiempo. Bueno, realmente, eso solo nos pasa a nosotros. A finales de Febrero hacía frío, unos días más que otros. Pero para los días que sí que hizo bajo cero y con viento, estabamos adecuadamente equipados: mallas térmicas, camisetas térmicas, calcetines térmicos (¿notáis un patrón?), así como forros polares, buen abrigo y calzado (no cometáis el error de olvidar esto último, así, como consejo personal). Y que no falte el cuello polar o braga para aguantar el aire frío. Creo que con tanto abrigo podría quedarme dormido en la calle y ser el tipo más feliz del mundo.
Para el alojamiento, elegimos un hostal bastante nuevo, el Khaosan Insadong. Dadas las fechas en las que reservamos, con poca gente y mucho frío, y costó menos de 240 000 KRW (¡menos de 170€!) para dos personas. Además, nos llevamos un upgrade de regalo dada la poca gente que había en el hostal en esa época. Mejor, imposible. Está a pocos pasos de una estación de metro muy grande, 종로3가 (Jongno sam-ga).
Nos sorprendió nada más llegar donde estaba el hostal. Salimos del metro en una avenida muy ancha —realmente, como casi todo en el resto de la ciudad— con inmensas aceras y varios carriles de circulación por sentido. Y nuestro hostal estaba en un pequeño callejón sin nombre…
Pasada la impresión del primer momento, no pudimos estar mejor. Y como llegamos a decir al irnos… Ese callejón chungo y con pescado frito para aburrir no tiene nada que envidiar en seguridad y tranquilidad a las calles más seguras de nuestra capital.
Y es que realmente, conocer Corea del Sur ha sido una gran experiencia… y todo apunta a que es sólo la primera de muchas.